domingo, 8 de mayo de 2011

Inflación devora al salario mínimo

El salario mínimo en Venezuela ya comenzó a sentir los efectos de la inflación. El costo de la Canasta Alimentaria Familiar (CAF) de abril del 2011 se ubicó en Bs.F. 2.892,20, presentando un incremento de Bs.F. 29,97 lo cual representa un 1,0% con respecto al mes de marzo de 2011.
Esta pérdida en el poder adquisitivo de la gente de BsF29,9 en el mes de Abril reduce los 183,58 bolívares que significó el aumento salarial del pasado primero de Mayo. Por lo tanto el valor real se convierte en BsF 153,58 a razón de BsF 5,18 por día.
Esta política salarial que el gobierno nacional aplica de forma unilateral e inconsulta no tiene los resultados que los venezolanos esperamos porque no esta acompañada de un programa de inversiones con miras a recuperar el aparato productivo y así generar empleos, no estimula al sector privado y lo que ha hecho es crear desconfianza en los inversionistas nacionales e internacionales con las expropiaciones y confiscaciones masivas que esta ejecutando.
Actualmente somos un país que importa el 90% de los que consume y eso también ha creado problemas serios al no tener la capacidad de almacenamiento y de distribución lo que ha ocasionado la pérdida de alimentos perecederos sin que nadie de repuesta por esta negligencia que va en perjuicio del pueblo venezolano y que además provoca escasez de productos importantes como ocurrió en el mes de abril donde destacaron siete productos con problemas de escasez : leche en polvo, sardinas enlatadas, carne de res, margarina, aceite y harina de trigo. Este grupo es el 10,5% de los productos que contiene la canasta.
Otro dato importante de evaluar es el costo promedio de un almuerzo para un trabajador el cual es de BsF 45,6 . El monto del ticket de alimentación oscila entre 19,00 y 38,00 bolívares y la unidad tributaria vigente tiene un valor de 76 bolívares. Esto significa que mientras el gobierno protege sus ingresos fiscales con la unidad tributaria, los trabajadores dependemos de pírricos aumentos anuales de un gobierno que se niega a discutir los contratos colectivos.
Esta situación se ha convertido para los trabajadores venezolanos en una diatriba política y debe tener una repuesta política, civilizada y electoral el 2012 saliendo de este gobierno enemigo de los trabajadores.