Venezuela
abre el año 2016 sin estadísticas
oficiales, los organismos encargados de generar y suministrar las cifras de cómo
marcha la economía, mantienen oculta la información que recolectan y procesan. El
inusitado interés en ocultar la severa crisis
económica que atraviesa la nación ha llevado al gobierno a “esconder la
basurita debajo de la alfombra”. La inflación cerró en Diciembre de 2014 en 68%, a Diciembre del 2015 la realidad nos
indica que todos los indicadores se han
deteriorado. La contracción de
la economía cerró entre 6% y 7% a finales del 2015 analizados de forma empírica
y la inflación estuvo en 150%, aun
cuando algunos hablan de un repunte por encima del 200%, cifra con la cual coinciden
fundamentalmente las amas de casa que sin ser economistas viven la cruda
realidad de todos los días en medio de
colas y bachaqueros.
El actual Presidente del Banco Central de Venezuela,
Nelson Merentes y su directorio han colocado los principios ideológicos del Psuv,
por encima de la credibilidad de la Institución. Esta incertidumbre ocasionada por el
desconocimiento del desempeño económico del país deja a los actores económicos
sin información fiable para diseñar su planificación estratégica, sumados al control
de cambios y el control de precios, se hace cuesta arriba establecer
precisiones para diseñar los presupuestos.
De esta manera, el Ejecutivo
nacional se erige en el todopoderoso de la comarca, decreta aumentos en el
salario minimo, establece los precios de los productos, controla el cambio para
la obtención de divisas, y hasta selecciona las semillas para la siembra.
Nuevamente
nuestro país despunta en las cifras negativas a nivel internacional, ya lo
tenemos en violencia, en corrupción, en narcotráfico, ahora ingresamos como el país
de mayor riesgo de la región.
El Centro de
Estudios Latinoamericanos señala
que Chile y Perú tienen los niveles más bajos, 153 y 175 puntos,
respectivamente, mientras Venezuela acumula 2.090 puntos, y su más cercano
seguidor es Ecuador con 628. El artículo 319 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela expresa que “el Banco
Central de Venezuela (BCV) rendirá informes periódicos sobre el comportamiento
de las variables macroeconómicas del país y sobre los demás asuntos que se le
soliciten”, pero desde hace más de dos años el organismo marcha a
contracorriente colocándose al margen de la Ley..
Venezuela es el único país con tradición de
publicación de estadísticas que suma año y medio retrasando los resultados de
la inflación. El último informe data de febrero de este año
y refiere que el Índice
Nacional de Precios al Consumidor al
cierre de 2014 terminó con un avance 68,5%. En paralelo, el BCV no divulga el marcador de escasez desde hace 15
meses, mantiene oculto los resultados del Producto Interno Bruto (PIB) desde
septiembre de 2014 y han pasado 28 meses desde el último informe de la balanza
de pagos. También hace 16 meses que no publica los precios al mayor y
los del sector construcción. La falta del índice de remuneraciones y de los
precios de manufactura y del sector comercial data de diciembre de 2013. Además
el ente emisor acumula más de
dos años sin emitir el boletín mensual que contiene los datos sobre la gestión
del Gobierno, así como 30 meses sin difundir las cuentas consolidadas de la
nación.
En definitiva, en la medida que el Gobierno y el
ente emisor persistan en no publicar la información macroeconómica y no se
tomen medidas que permitan revertir los desequilibrios económicos, se profundizará
la crítica situación que se vive a todos los niveles, llevando
al país a un deterioro, que sin duda, elevará la conflictividad social social y
política. ¿Será eso lo que quiso decir el Presidente Maduro, cuando después de
conocer los resultados del 6D, dijo que va a profundizar el socialismo?.-