“Venga de donde venga”, es la
frase más hipócrita de los últimos años.
La crisis que vivimos los
venezolanos ha dado para que desde sus
distintas vertientes y dentro y por los costados aparezcan axiomas y
dogmas utilizados por los retóricos de las distintas corrientes políticas e
ideológicas en pugna para justificar una u otra conducta. De esta manera, quien
se expresa queda como el paradigma de la democracia y el máximo exponente de la
defensa de los derechos humanos.
En la antigüedad cuando los
sabios cayeron en desprestigio, comenzaron a llamarse sofistas, luego los
sofistas se enredaron en su propia sabiduría y con el tiempo las cosas tuvieron
que volver a su lugar. El gran filósofo Platón fue una de las figuras que más
abiertamente se mostró en contra de los sofistas. Y es que dejaba sobre la mesa
muchos argumentos para oponerse a los mismos. Por ejemplo, consideraba que
hacían uso de la razón simplemente como una técnica de discusión, sin importar
la moral o la verdad de la cuestión a tratar, llegando a convertir una premisa
falsa en verdad.
En la actualidad muchas
personas tratan de hacer malabarismos bufos para convencer a la gente que sus
actuaciones están ajustadas a derecho. El General Benavidez cuestionó
públicamente los focos de violencia en el país “vengan de donde vengan”, como
si la guardia nacional, no tuviera absolutamente nada que ver o el caso del
Gobernador Rangel Gómez en el estado Bolívar, cuando aparece con el rostro
compungido lamentando la muerte de un estudiante y tratando de convencer a la
población que no tiene nada que ver con lo que haga la Policía del estado
Bolívar.
Los venezolanos que hemos sido
golpeados en el estómago, en el bolsillo, hemos puesto una y otra mejilla y
también el mentón. ¿Cómo debemos reaccionar ante una agresión?. El socialismo
del siglo XXI nos regresó al antiguo testamento “El que a hierro mata, no puede
morir a sombrerazos”. Lamentable realidad.
JOSE LUIS ALCOCER