El Socialismo
del siglo XXI cambio las leyes del mercado, las tan rechazadas y abominables leyes
de la oferta y la demanda y la economía de mercado fueron sustituidas en el régimen
madurista por las leyes del bachaqueo y la economía de las colas. La dramática
situación que sacude a cada familia venezolana los deja a merced de un Gobierno Nacional quien a cada segundo alardea
de unos precios justos cuya aplicación se esfuma ante los precios impuestos por
los revendedores de los productos de la canasta alimentaria.
A
diferencia de lo que ocurre en otros países del continente donde las economías más importantes
se integran de una manera coherente de acuerdo a sus fortalezas y debilidades, como por ejemplo los
dos acuerdos más influyentes, tras 20 años de aplicación y su influencia en las
condiciones de vida, como son el Tratado de Libre Comercio de EEUU, México y
Canadá y el MERCOSUR donde Venezuela se incorporó por la puerta trasera,
nosotros, en cambio, sufrimos una suerte de canibalismo en la vida diaria para poder adquirir
algunos productos de la dieta
alimentaria.
Igualmente
otros países aprovechando cada cual sus ventajas comparativas y competitivas
han realizado acuerdos bilaterales. Es
el caso de Perú y Bolivia y la
participación y afianzamiento de Chile con la Unión Europea y el Comercio con
el mercado del Pacifico. Esos
escenarios nos hacen ver como una irresponsabilidad de nuestros gobernantes al
haber abandonado con argumentos ideológicos la Comunidad Andina de Naciones y
el grupo de los tres (G-3), donde nuestro país ejercía un liderazgo que
aportaba beneficios a nuestra economía, empleos y diversidad de productos en
los anaqueles del mercado.
¿Que nos
ha dejado ese modelo económico socialista del siglo XXI?
Nos ha
dejado campamentos improvisados, chinchorros y colchonetas en las cercanías de
los supermercados instalados cada noche para alcanzar el mejor puesto de la
fila , donde mujeres, ancianos e infantes se baten en los portones con la GN
para no ser atropellados. Las
nuevas leyes del mercado representadas por el bachaqueo y las colas han
impactado tanto a las familias venezolanas que con mucha propiedad podemos calificar a
este gobierno como el fraude populista
del siglo XXI.
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