El oficialismo obtuvo una
victoria electoral y al mismo tiempo los sectores democráticos le propinaron
una derrota política.
¿Qué significa esto?,
sencillamente que según los resultados
preliminares anunciados por el CNE el
domingo en la noche, el 58,92% del total
del padrón electoral acudió a las urnas
de votación, arrojando un resultado que
corrobora que Venezuela es un país dividido: Los venezolanos parten sus preferencias en el país (49,24%) a favor de las
aspiraciones hegemónicas del chavismo y 50,76% que apoya a los defensores del sistema democrático aúpados
por la Unidad Democrática y otros grupos
independientes que
disienten de las políticas del
gobierno. Los votos nulos podrían llegar
hasta un alarmante 5%.
A éstos se les agrega un importante
41,08% que no asiste al evento electoral por diferentes razones y de lo cual se
pueden desprender diferentes conjeturas.
Entonces, ¿Quién puede celebrar
una victoria, cuando sus predios han sido tomados electoralmente? Es claro que
el oficialismo no sacó la mayoría de los votos, aún cuando las primeras
informaciones un tanto sesgadas del CNE y la arremetida mediática del gobierno
pudieran hacer creer lo contrario. Pero resulta que el PSUV y aliados sacaron 5.111.336 votos (49,24% de los
sufragios válidos), y la MUD y sus aliados más otros partidos contrarios al
oficialismo obtuvieron 5.268.828 (50,76%).
Además, comparando los resultados de
las regionales de diciembre de 2012, cuando se eligieron gobernadores,
con una participación del 49,85% de los electores, el oficialismo obtuvo 56,50%
de los votos y la oposición 43,50%.
Por otra parte, como se puede
hablar de victoria si la oposición democrática triunfó de manera determinante
en 12 de las 15 ciudades más importantes del país y, lo que es más importante, le
arrebató la supremacía en Barinas, en el estado natal de Chávez y asiento casi
exclusivo de la familia del difunto mandatario, Barquisimeto, Mérida, Valencia,
San Cristóbal, La Asunción, capital del estado
Nueva Esparta, Valera, Maturín, cuna de Diosdado Cabello, y Guasdalito
que le fue arrebatada al PSUV y a la guerrilla; mientras que se mantuvo firme
en sus alcaldías emblemáticas como son la Alcaldía Mayor, en Maracaibo y cuatro
de las cinco del Distrito Capital (Chacao; Baruta; Sucre, donde se encuentra la populosa Petare, y
El Hatillo).
En el Estado Bolívar ganaron la
alcaldía de la ciudad capital, pero perdieron los municipios El Callao,
Sifontes y Municipio Piar, municipios en
los cuales estaba gobernando el PSUV, incluyendo el municipio Cedeño donde gano
un aliado al gobierno, derrotando al candidato del PSUV.
Lo que si podemos concluir es
que el Chavismo madurismo es la primera gran minoría en el país y si bien es
cierto que obtuvieron victorias electorales, el gran golpe que recibieron fue
una derrota política.
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