Estamos en una
sociedad donde peligrosamente esta avanzando la intolerancia y la
discriminación desproporcionada hasta por motivos pueriles.
Si bien es cierto en
la historia de la humanidad hemos visto muchas muestras de intolerancia, por
ejemplo, los griegos y los romanos consideraban que ninguna civilización era
digna de ser tomada en cuenta, solo ellos eran seres superiores, también se
hicieron grandes esfuerzos por disminuir la intolerancia como en la Revolución
Francesa con la declaración Universal de los Derechos Humanos.
Sin embargo, en el
siglo XX continuó campante con la discriminación racial en Norteamérica y
Sudáfrica, la persecución de los judíos, las guerras mundiales, los conflictos
del mundo árabe, los cuales continúan en el siglo XXI, al igual que la
violencia en Latinoamérica.
En Venezuela,
ciudades como Caracas, Guayana y nuestra Ciudad Bolívar entrando en esas estadísticas
indeseables de la violencia.
Algunos afirman que
la intolerancia es propia de la naturaleza humana. Sin embargo, los venezolanos no podemos ceder a justificaciones de ningún
tipo.
Preferimos acogernos a la declaración universal de los derechos humanos
en su artículo Nro 1, que expresa “Todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de
razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
Asimismo en la Constitución
de la Republica Bolivariana de Venezuela están recogidos en el TÍTULO III, DE LOS
DERECHOS HUMANOS Y GARANTÍAS, Y DE LOS DEBERES todo lo dispuesto para el
reconocimiento el uno del otro.
Los derechos humanos
son inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de
nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color,
religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos
humanos, sin discriminación alguna.
El acto intolerante
consiste en rechazar al diferente, no permitirle participar porque se valora como inferior, como hereje o como
desviado, pero además. ¿Es moral marginar a alguien por el hecho de ser
homosexual, negro o Budista ? Aunque la respuesta evidente es no, no y no…esta
conducta….lamentablemente…. se repite a todos los niveles y en todos los
estratos sociales en la cotidianidad de todos los días.
Podemos
concluir en que la tolerancia es una virtud que, al formar parte de una
conducta habitual, permite a los ciudadanos un aprendizaje cuya práctica
además de perfeccionar las relaciones sociales
y políticas es, aunque difícil y frágil, imprescindible para un mundo
multicultural.
“El respeto
al derecho ajeno es la paz”.- Benito Juárez, 15 de Julio de 1867 en la Ciudad
de México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario